Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 08.03.19
Ningún liberal sale a la calle por un manifiesto totalitario
LA política es el arte de lo posible, dicen. Pero no todo es posible y menos conveniente. Como estar en varios sitios a la vez y decir lo uno y lo contrario. No es por Pedro Sánchez que es mero campeón de la falsedad y la mentira. Él está donde está. Preocupan otros. Por ejemplo los que anuncian hace cuatro días un programa de «feminismo liberal» –sepa Judas qué es eso– y marchan hoy junto a las peores bandas totalitarias y partidos extremistas en favor de un manifiesto de chatarra ideológica mugrienta que por su ridículo radicalismo avergonzaría hasta a comunistas de épocas intelectualmente más aseadas. La manifestación feminista de hoy no tendría más importancia que cualquier acto de propaganda de la izquierda española si no se hubieran sumado a ella otras fuerzas que una vez más son esclavos morales e ideológicos de la hegemonía cultural neomarxista.
Desde hace ya mucho la izquierda es incapaz de ofrecer proyectos alternativos de creación de riqueza y bienestar y desarrollo económico. Vive de las banderas excluyentes de combate en la coacción e intimidación social que son el feminismo, el animalismo, el ecologismo radical, la guerra contra el comercio, el odio al empresariado, el homosexualismo o la ideología de género y demás. Es algo tan transparente que quienes dicen no participar en proyectos colectivistas, igualitaristas y por tanto antiliberales no tienen excusa. Porque alimenta sospechas de obediencias no declaradas y de dependencias similares a la que los comunistas de Podemos con sus financiadores extranjeros.
España está a punto de librar una batalla decisiva en la que va a sentenciarse si los españoles reaccionan y salvan a la nación y la democracia de un asalto que comenzó ahora hace tres lustros o triunfa un Frente Popular que pretende un cambio de régimen y el fin de la continuidad histórica de la nación española. En estas circunstancias, las incongruencias y frivolidades de algunos son tan peligrosas como las amenazas de los enemigos de la constitución, la nación y la libertad. Quienes hoy se manifiestan no lo hacen por los derechos de la mujer sino por cosas como no ocultan. «Contra el extractivismo, las empresas transnacionales, y los tratados de libre comercio; contra las viejas y nuevas formas de explotación. Porque somos antirracistas estamos contra la ley de extranjería y los muros (…); porque somos antimilitaristas estamos contra las guerras (…); contra los Estados autoritarios y represores que imponen leyes mordaza y criminalizan la protesta y la resistencia feminista».
La letanía de lemas majaderos del marxismo clásico da pereza: «Para romper con las fronteras, el racismo y la xenofobia (…) Para que ninguna mujer tenga que migrar forzada por las políticas coloniales, neoliberales y racistas del Norte Global, que producen situaciones económicas, bélicas, sociales y ambientales insostenibles (…) Plantamos cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador con el medio ambiente. Somos un movimiento internacional diverso que planta cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista. (…) Nos preceden las mujeres (..) que combatieron al colonialismo, las que trajeron la II República, las que lucharon en la Guerra Civil, y contra la Dictadura franquista».
En las próximas elecciones nos jugamos la existencia de España. Debiera estar claro. Hay fuerzas decididas a destruir la nación, la democracia y la monarquía. Y otras, que por conservar el poder son capaces de todo, también de colaborar con aquellas en la voladura. Para hacerles frente conviene tener muy claros los conceptos que manejan los partidos que concurren. A España, su monarquía y su democracia no la va a salvar nadie dispuesto a desfilar con los enemigos de la libertad que han escrito ese siniestro manifiesto.
EconomíaPublicacionesMUGRIENTA CHATARRA IDEOLÓGICA
marzo 28, 2019