Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 02.02.19
La gran crisis de Venezuela que es el conflicto ya irreconciliable entre una población torturada y una mafia criminal ha entrado en una recta final. Pueden pasar muchas cosas a partir de ahora. Pero el régimen chavista ha muerto. A ver si se enteran los países europeos que insisten en hacer el ridículo alineados con los cómplices del régimen narcocomunista. Los españoles sufrimos la doble ignominia de un gobierno español que ejerce de lobista del régimen más miserable, asesino y liberticida del mundo. Tiempo habrá de que los responsables paguen. Lo que está claro es que ya ni Zapatero salva al régimen criminal de Nicolás Maduro. Y que las naciones americanas con Trump y Bolsonaro a la cabeza han dado una lección de moral y dignidad a unos europeos siempre deseosos del compromiso con los peores.
Ahora pueden pasar cosas buenas como la inmediata partida de Maduro y sus más cercanos secuaces hacia algún país que los acoja. Y el pronunciamiento del Ejército en favor de una solución constitucional con el presidente interino Juan Guaidó a la cabeza para una transición a unas elecciones reales y la detención de los más conspicuos generales de la mafia narcotraficante.
Tampoco puede excluirse otro cariz mucho peor y que la cúpula comunista criminal intente ganar tiempo con un baño de sangre. Ni así podrá parar el cambio. Podrá seguir asesinando un tiempo. Pero el socialismo del siglo XXI, el comunismo del siglo XX, también se ha hundido en el fracaso de la miseria, el terror y el crimen. El régimen nunca podrá recuperarse y los cubanos que lo han dirigido se plantean volver a la isla a salvar aquella plaza en la que mantienen sus privilegios, para intentar evitar las consecuencias sobre la metrópoli del crimen que es La Habana.
Lo bueno del momento para cualquier amante de la libertad y la dignidad de todas las naciones iberoamericanas es que Cuba esta vez no va a salir indemne de su última y muy miserable invasión que le ha durado veinte años. Y que como bien decía Luis Almagro, secretario de la OEA, hay que acabar con el pozo de veneno que es el régimen comunista cubano, culpable de tanta miseria y sangre, la última ahora en Venezuela y Nicaragua.
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febrero 4, 2019